Los últimos dos partidos del Fútbol Club Barcelona bajo el mandato de Sergi Barjuan han estado un empate y una victoria, ante el Alavés y Dinamo de Kiev.
El primer reto que tuvo Barjuan con el mando de la plantilla fue el Alavés de Calleja. Y empezó con lo que es la formación pura del ADN Barça, la 4-3-3 y con quien si no en el centro de campo que con Nico, Gavi y Busquets.
De todas maneras, hacer funcionar al equipo en Liga ha sido tarea imposible. Buenos destellos los primeros veinte minutos, pero el equipo siempre se deshincha después de un puñado de minutos buenos.
El 1-1 contra el Alavés fue un reflejo de lo sensible que es la defensa del FC Barcelona y lo que tiene que mejorar en ese aspecto. Sobre todo cuando se avanza la defensa a ciertas líneas dejando espacios, los permite con mucha facilidad.
Contra el Dinamo de Kiev cambió la alineación a causa de los problemas del Kun Agüero, al cual le deseamos una pronta recuperación. Gavi, Nico y Busquets estaban igual pese a que Gavi caía a banda derecha, para dejar a Frenkie en el interior izquierdo. Con la novedad de Lenglet en el central izquierdo.
En todo momento, el repetido 4-3-3 sí que se mostraba superior sobre el Dinamo de Kiev. En cuanto a juego, pases y triangulación. Pese a ello, la defensa sigue igual. El repliegue continúa siendo una faceta que se ha de trabajar, bien defendiendo con balón o entendiendo las fases del juego donde hay que replegar más.
Claramente, Barjuan es el técnico interino y el proyecto deportivo no gira alrededor de él, pero de momento ha salvado los papeles en Champions, crucial para la economía del equipo.