El Jaén sigue teniendo en la Copa de España su particular Paraíso. En 2015 entró en él por la puerta grande y tres años después se guardó las llaves de oro. En un escenario espectacular, con 12.632 espectadores batiendo récords, los andaluces se llevaron un título que a falta de 12 minutos para el final parecía estar en las vitrinas del Movistar Inter.
Fue entonces cuando apareció Ricardinho, que volvió a sacar la varita en un partido especial. A los 27 minutos, con 1-1 en el marcador, se plantó solo ante Dídac y se inventó otro regate mágico. Esta vez eligió hacerlo por arriba, con un suave sombrerito que él mismo recogió casi en la línea de gol para poner a su equipo por delante. Un golazo. Otro más. Parecía, además, un punto de inflexión para el partido, ya que apenas 42 segundos después, Elisandro hacía el 3-1 que dejaba encarrilado, que no sentenciado, el partido. Al Jaén, en Copa, nunca se le puede dar por muerto.
Hasta entonces, los andaluces se habían mostrado sólidos. Habían arrancado mejor en cada una de las dos partes. En la primera no tuvieron el premio del gol, algo que sí que recibió el Movistar Inter tras una gran acción individual de Gadeia. En la segunda, los de Dani Rodríguez sí acertaron con los tres palos y Mauricio igualó con un potente disparo.
El mencionado 3-1 habría sido una montaña insuperable para cualquiera, pero el idilio que tiene el Jaén con esta Copa le hace sacar fuerzas de donde no hay. Tras unos minutos grogui, volvió a ponerse las pilas. El gol de Carlitos a falta de cinco minutos le hizo creer y volvió a envolverse en su capa de superhéroe copero. Jesús Herrero tuvo que hacer hasta tres paradas de gran mérito antes de que Dani Martín, a 2.22 para el final pusiera las tablas y le diese alas. Quedaba un minipartido por delante, que se alargó seis minutos más por la prórroga.
El Jaén seguía subido a la ola buena, con Jesús Herrero como el particular rompeolas interista. En la Copa de los porteros, el de Movistar Inter no faltó a la cita. Y cuando se marchó de la pista fue cuando su equipo perdió el partido. Jesús Velasco arriesgó con el portero-jugador y le salió cruz. Chino, el gran protagonista de esta Copa volvió a su idilio con el último minuto. Robó un pase de Rafael para marcar desde su campo y dar al Jaén su segundo título. La historia de la Copa es amarilla.