En noviembre de 2019 Alfred finalizó su gira y anunció que limitaría sus apariciones públicas puesto que su salud mental necesitaba un descanso. Durante este tiempo, el cantante se ha involucrado de lleno en sus proyectos y es ahora cuando se está viendo el brillante resultado de esta pausa. Un antes y un después en su trayectoria personal, aunque también musical.
Tras un año de parón musical Alfred García regresó a principios de enero con ‘’Los Espabilados’’. Single que se convirtió en la banda sonora de la serie de Movistar + creada por Albert Espinosa, uno de los ídolos de Alfred. Meses después, el cantante lanzó ‘’Praia dos Moinhos’’, con El Prat de Llobregat, su ciudad, como escenario del videoclip de este segundo avance del que será su próximo disco. Ambos temas fueron muy bien acogidos por el público. Hoy, lo ha vuelto a hacer.
Toro de cristal. Una canción que llega en uno de los momentos más importantes para el cantante. Sus experiencias personales han marcado tanto la letra como el ritmo de este single, disponible ya en todas las plataformas digitales, que cuenta con una melodía alternativa y más electrónica de lo habitual en los trabajos publicados por el artista hasta la fecha.
El título del tema ya es una declaración de intenciones absoluta. Fortaleza y vulnerabilidad. Un oxímoron para dar nombre a un tema que habla sobre la convivencia entre el éxito y el fracaso.
En este caso, el catalán ha optado por producir el tema junto a Mosty, quien ha colaborado en numerosas ocasiones con artsitas como J Balvin, Pablo Alborán, Maluma o, la que fuera compañera de Alfred en la Academia de Operación Triunfo, Lola Índigo.
En la canción, se reflejan a la perfección las experiencias personales que el artista ha vivido durante los últimos meses. Pero eso no ha sido todo, ‘Toro de cristal’ ha sido lanzada de forma simultánea junto un videoclip creado y dirigido por Eduardo Casanova. Una obra audiovisual ‘’inspirada en las imágenes de propaganda norcoreana, en una especie de película bélica donde Alfred interpreta diferentes versiones de su propia personalidad’’, señala el director.
Como es habitual en los trabajos de Alfred, el catalán para esta canción ha querido entregarse por completo en lo audiovisual, una de sus mayores pasiones. Junto a Eduardo Casanova ha logrado plasmar la esencia de una canción repleta de matices y hacer algo grande, distinto y con lo que dejar huella. Un videoclip donde la estética cobra mucha importancia y la realidad solo es perceptible a través de ornamentación, para impactar al público.
Una apuesta cocida a fuego lento y a priori arriesgada que evidencia a la perfección esta nueva etapa musical de Alfred García. Se cerró el circulo y atrás queda 1016. Eso sí, por tiempo que haya pasado, las luces le siguen alumbrando en este nuevo camino.