Mar. Mar 18th, 2025

El Poble Espanyol acogió, los días 9, 15, 16 y 17 de julio, la cuarta edición del Share Festival. Con un sinfín de artistas de distintos géneros y estilos, el festival celebraba la llegada del buen tiempo por todo lo alto y con más música que nunca.

El primer espectáculo corrió a cargo de Anuel AA, una de las caras más destacables del trap latino. El artista, quién había agotado todas las entradas, no fue el único interprete del evento sobresaliente en la música urbana. El día 15, Morad, Fernandocosta, L-Gante, Juancho Marqués, Kaydy Cain y Santa Salud, hicieron bailar hasta al asistente más tímido del recinto.

A pesar de que, en los dos primeros días, reinó una música más cercana al reggaetón, el sábado 16, el pop se apoderó del escenario. Des de nuestro punto de vista, la peculiaridad y el secreto del éxito de esta última edición del Share Festival ha sido la variedad de artistas que abarcan géneros musicales distintos para el gusto de todos los públicos.

Como avanzábamos en las líneas anteriores, el tercer día, el Share Festival, cambió su público. Hugo Cobo, Miriam Rodríguez, Alba Reche, Natalia Lacunza y Miki Núñez nos recordaron que Operación Triunfo nos ha hecho conocer grandes artistas. Los cinco intérpretes, quienes se dieron a conocer en el programa de televisión, demostraron cómo se han convertido en grandes cantantes. La energía de Hugo, la puesta en escena de Miriam, la magia  y dulzura de Alba, la paz de Natalia y la positividad de Miki convirtieron el caluroso sábado en una noche única e inolvidable.

Sorprendentemente, la música en catalán, no solamente tuvo cabida en el evento, se dedicó una fecha íntegramente al disfrute de grupos como Roba Estesa, La Fúmiga, Doctor Prats i Oques Grasses. Aquellos quienes asistieron al cierre del festival, pudieron bailar, saltar e incluso llorar con los artistas anteriormente mencionados.

A pesar de que los últimos años han sido complicados para todos aquellos quienes nos dedicamos al sector cultural, el Share Festival, ha sabido estar a la altura, no solamente a lo que se refiere a la música, también apostando por la sostenibilidad y la inclusión. El evento donó el 30% de las entradas a colectivos desfavorecidos, se plantó un árbol por cada asistente y se tradujeron algunos espectáculos en lengua de signos.

Por Marina Márquez